J'attendrai dans le silence de la nuit que tu t'approches de mon côté et tu me chuchotes ton amour, parce que je t'aime.

Yanina



Invierno 2008
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Hace mucho que no escribo. En verdad nunca supe escribir, mi gramática es terrible, pero es mi alma la que se empeña en trasladar sus flujos a través de cualquier lápiz, rojo. 
Hoy el fuego me acompaña en extremo, Yanina acaba de irse recién de casa dejando mis dudas envueltas en sábanas con sus diferentes rostros de goces divertidos. Ella volvió a virar mi insensata inmadurez de amar, nuevamente.
Inquietas estaban mis mejillas entre sus piernas, su lengua indagando mi dispersa humedad cuando comencé a llorar entusiasmada. Fueron apenas unas apretadas lágrimas que parecieron interminables. Estábamos desnudas, satisfechas, mojadas en salivas etéreas. 
No era lógica mi tristeza, tampoco era justo que Yanina jalara en su boca mis labios acordonándome en sus hogueras múltiples.
No, no era justo, debí pensarlo antes.
Una marca sugerente de sus pequeños senos aún rocían mis ganas de poseerla, muy dentro, nuevamente. No debería estar triste, pero lo estoy, es inevitable no desviar de mi natural deseo mis ganas de amarla sin escaparme de mi realidad con Fabi.
A Fabi la amo, ella es mi ángel y también a veces, la quiero. Yanina sabe que la amo pero no puedo quererla, porque querer es poseer y ella sabe que yo sólo quiero a mi libertad, mi irrefutable libertad.
Sin temor me visto y dejo atrás esas caricias refugiadas de Yanina y pienso en Fabi, en el día en que la conocí en una plaza de Ramos, pienso en su primer regalo y sonrío. Fue un ángel llamado Elemiah que invisible aún me acompaña...
y pienso en su segundo obsequio y en sus palabras acariciando mis oídos...
- Patri, prometo amarte, cuidarte, entenderte, soñarte... por eso mi pequeña, te regalo tu libertad, haz con ella lo que quieras, sólo mi amor, trata de amarme y me harás feliz-.
No, no es justo, no debí pensarlo antes, Fabi, Elemiah y nuestra libertad, me aman...